CRUZAR LA LíNEA DE META
Cientos de kilómetros recorridos sobre el asfalto, en muchas ocasiones a primeras horas de la mañana o después de una dura jornada laboral o quizás a la hora del almuerzo, quitando tiempo a otras actividades o sacrificando a la familia y amigos, y para qué?
En la actualidad correr se ha convertido en más que una moda, tal vez, sea una forma de vida y se ve reflejado cada fin de semana en la multitud de carreras que se organizan en todo el país, 5kms, 10kms, 15kms, medias maratones o maratones enteras, en asfalto o en montaña, competitivas o solidarias, el boom del "running" esta patente prácticamente en cada pueblo o ciudad. Muchos opinan que se ha convertido en un negocio, tal vez sea cierto, pero lo que si se puede afirmar es que si se organizan tantas y tantas carreras es porque la gente, los "runners" así lo demandan.
Por experiencia se que la organización de una carrera no es tarea fácil, diseñar un recorrido atractivo, ponerse de acuerdo con el ayuntamiento, seguridad, permisos, cronometraje, seguros, voluntarios y como no patrocinadores, escoger una fecha, la famosa bolsa del corredor, avituallamientos, el post meta, medalla finisher, podiums, clasificaciones, es todo un mundo que conlleva semanas, meses incluso años de planificación y organización para satisfacer a unos deportistas cada vez más exigentes con cada evento que se celebra.
Recuerdo mi primera carrera en un encantador pueblo de Cuenca, San Martin de Boniches, debería tener como mucho 8 años y la salida era desde la puerta de la única tienda del pueblo y la llegada a la plaza del pueblo, se celebraba en medio de la semana de fiestas y era realmente una fiesta, niños, jóvenes y mayores, con entrenamiento o sin, se lanzaban a correr calle abajo con el único fin de cruzar la línea de meta virtual mientras todo y si digo todo el pueblo se reunía a lo largo del recorrido para animar a todos los participantes, nunca nadie se fijo quien ganaba o quien perdía ni tan siquiera el tiempo que hacían. Una vez se acababa todos continuaban en la plaza esta vez para animar a los mayores que hacían un recorrido superior, alrededor de 5kms pero con la misma esencia que en las carreras infantiles, con el mismo ímpetu, disfrutar de una actividad más de las fiestas del pueblo y al finalizar todos a cenar en la plaza del pueblo, tal vez esas carreras si que eran carreras. Por suerte aún siguen con ese espíritu y celebrándola cada año, dándonos la oportunidad de revivir esos momentos y transmitírselo a las nuevas generaciones.
Hoy en día muchos entrenamos con un objetivo, acabar una distancia, bajar una marca, ganar una prueba o superar los registros del año anterior o de la edición pasada, realizamos las inscripciones meses antes de la fecha del evento, reservando hotel si es fuera de nuestra ciudad, controlamos la alimentación, recogemos los dorsales el día de antes y repasamos el plan de carrera, nos concentramos, hoy en día los corredores amateurs nos hemos profesionalizado y eso es bueno?
En ocasiones he pensado que no pero cuando realmente reflexiono o acudo alguna competición me doy cuenta de que este protocolo no es más que el avance, la aplicación de los conocimientos que hemos obtenido, y no es malo querer superarse, no es malo querer esforzarnos, no es malo querer ser mejor atleta, no es malo querer hacer bien la cosas, no es malo siempre y cuando entendamos que significa cruzar la línea de meta.
He cruzado la línea de meta en multitud de ocasiones, solo, acompañado, haciendo de liebre, esprintando, andando, mareado, llorando, riendo, satisfecho, enfadado, alegre, emocionado pero cada vez me doy cuenta que cruzar la línea de meta en ocasiones deseamos que sea un momento único sin darnos cuenta que todo la carrera o cada entreno deben ser momentos únicos, me doy cuenta que ir a las carreras o competiciones deben ser momentos únicos, deben ser momentos para poder conocernos a nosotros mismos a nuestros compañeros, momentos para conocer también a personas extraordinarias, deben ser momentos para demostrarnos y demostrar a la gente que el deporte aunque en ocasiones sea "competitivo" también es extraordinario.
Se que suena a utópico querer disfrutar del momento cuando no te ha salido bien la carrera pero cada vez me doy cuenta que cada kilómetro recorrido sobre el asfalto en la circunstancia que sea ya es cruzar la línea de meta, porque cruzar la línea de meta es tener ese convencimiento de haber disfrutado, de haberte superado a pesar de las circunstancias, cruzar la línea de meta debe ser y es esa sensación de poder, de satisfacción, de lágrimas en los ojos por la emoción, de sentir en la piel el escalofrío por los ánimos de la gente, cruzar la línea de meta es abrir los ojos cada día y ver que cuando amanece o incluso antes nos damos una nueva oportunidad para entrenar, para trabajar, para ser personas, cruzar la línea de meta es la forma de vivir cada día esforzándonos en los entrenamientos o en el trabajo, sacrificándonos en todo aquello que nos cuesta, demostrándonos que podemos ser mejores tanto en el tiempo como en el momento con nosotros mismos o con el resto de la gente y por todo esto cruzar la línea de meta es lo que debemos hacer cada día.
En la actualidad correr se ha convertido en más que una moda, tal vez, sea una forma de vida y se ve reflejado cada fin de semana en la multitud de carreras que se organizan en todo el país, 5kms, 10kms, 15kms, medias maratones o maratones enteras, en asfalto o en montaña, competitivas o solidarias, el boom del "running" esta patente prácticamente en cada pueblo o ciudad. Muchos opinan que se ha convertido en un negocio, tal vez sea cierto, pero lo que si se puede afirmar es que si se organizan tantas y tantas carreras es porque la gente, los "runners" así lo demandan.
Por experiencia se que la organización de una carrera no es tarea fácil, diseñar un recorrido atractivo, ponerse de acuerdo con el ayuntamiento, seguridad, permisos, cronometraje, seguros, voluntarios y como no patrocinadores, escoger una fecha, la famosa bolsa del corredor, avituallamientos, el post meta, medalla finisher, podiums, clasificaciones, es todo un mundo que conlleva semanas, meses incluso años de planificación y organización para satisfacer a unos deportistas cada vez más exigentes con cada evento que se celebra.
Recuerdo mi primera carrera en un encantador pueblo de Cuenca, San Martin de Boniches, debería tener como mucho 8 años y la salida era desde la puerta de la única tienda del pueblo y la llegada a la plaza del pueblo, se celebraba en medio de la semana de fiestas y era realmente una fiesta, niños, jóvenes y mayores, con entrenamiento o sin, se lanzaban a correr calle abajo con el único fin de cruzar la línea de meta virtual mientras todo y si digo todo el pueblo se reunía a lo largo del recorrido para animar a todos los participantes, nunca nadie se fijo quien ganaba o quien perdía ni tan siquiera el tiempo que hacían. Una vez se acababa todos continuaban en la plaza esta vez para animar a los mayores que hacían un recorrido superior, alrededor de 5kms pero con la misma esencia que en las carreras infantiles, con el mismo ímpetu, disfrutar de una actividad más de las fiestas del pueblo y al finalizar todos a cenar en la plaza del pueblo, tal vez esas carreras si que eran carreras. Por suerte aún siguen con ese espíritu y celebrándola cada año, dándonos la oportunidad de revivir esos momentos y transmitírselo a las nuevas generaciones.
Carrera popular infantil San Martin de Boniches Verano 2019 (mi hijo Derek 8 años)
Carrera popular San Martin de Boniches Verano 2019
Hoy en día muchos entrenamos con un objetivo, acabar una distancia, bajar una marca, ganar una prueba o superar los registros del año anterior o de la edición pasada, realizamos las inscripciones meses antes de la fecha del evento, reservando hotel si es fuera de nuestra ciudad, controlamos la alimentación, recogemos los dorsales el día de antes y repasamos el plan de carrera, nos concentramos, hoy en día los corredores amateurs nos hemos profesionalizado y eso es bueno?
Equipación La Mitja Marató Granollers Enero 2020
En ocasiones he pensado que no pero cuando realmente reflexiono o acudo alguna competición me doy cuenta de que este protocolo no es más que el avance, la aplicación de los conocimientos que hemos obtenido, y no es malo querer superarse, no es malo querer esforzarnos, no es malo querer ser mejor atleta, no es malo querer hacer bien la cosas, no es malo siempre y cuando entendamos que significa cruzar la línea de meta.
Meta Maratón Valencia Diciembre 2018
Recogida dorsal Media Maratón Valencia Octubre 2019
He cruzado la línea de meta en multitud de ocasiones, solo, acompañado, haciendo de liebre, esprintando, andando, mareado, llorando, riendo, satisfecho, enfadado, alegre, emocionado pero cada vez me doy cuenta que cruzar la línea de meta en ocasiones deseamos que sea un momento único sin darnos cuenta que todo la carrera o cada entreno deben ser momentos únicos, me doy cuenta que ir a las carreras o competiciones deben ser momentos únicos, deben ser momentos para poder conocernos a nosotros mismos a nuestros compañeros, momentos para conocer también a personas extraordinarias, deben ser momentos para demostrarnos y demostrar a la gente que el deporte aunque en ocasiones sea "competitivo" también es extraordinario.
Antes de la salida en La Mitja Marató Granollers Enero 2020
Se que suena a utópico querer disfrutar del momento cuando no te ha salido bien la carrera pero cada vez me doy cuenta que cada kilómetro recorrido sobre el asfalto en la circunstancia que sea ya es cruzar la línea de meta, porque cruzar la línea de meta es tener ese convencimiento de haber disfrutado, de haberte superado a pesar de las circunstancias, cruzar la línea de meta debe ser y es esa sensación de poder, de satisfacción, de lágrimas en los ojos por la emoción, de sentir en la piel el escalofrío por los ánimos de la gente, cruzar la línea de meta es abrir los ojos cada día y ver que cuando amanece o incluso antes nos damos una nueva oportunidad para entrenar, para trabajar, para ser personas, cruzar la línea de meta es la forma de vivir cada día esforzándonos en los entrenamientos o en el trabajo, sacrificándonos en todo aquello que nos cuesta, demostrándonos que podemos ser mejores tanto en el tiempo como en el momento con nosotros mismos o con el resto de la gente y por todo esto cruzar la línea de meta es lo que debemos hacer cada día.
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