Estiramientos si VS estiramientos no

El tema de estirar o no estirar está dando bastante que hablar en el campo del entrenamiento deportivo, concrétamente en el rendimiento deportivo. Este rendimiento físico podemos considerarlo como uno de los principales temas evaluados por los fisiólogos, y por eso mismo creo conveniente compartir este estudio que nos proporciona una información muy útil. Más que una revisión bibliográfica sobre los estiramientos estáticos y el entrenamiento de fuerza, en el siguiente artículo os mostraremos los resultados y las conclusiones del estudio publicado este mes de septiembre en la prestigiosa revista Journal of Strength and Conditioning Research, titulado; “Chronic Effect of static stretching on strength performance and basal serum IGF-1 levels“. Antes de comenzar a hablar del estudio en concreto vamos a mostrar algunas de las conclusiones de estudios que han sugerido una influencia negativa de los estiramientos sobre el rendimiento de la fuerza: “La fuerza máxima se redujo después de un estiramiento estático, pero esta no se vio afectada después de realizar estiramientos balísticos” Bacurau, RFP. et al. (2009) “Para las intensidades del 40,60 y 80% de 1RM solo el método PNF disminuyó la resistencia muscular, por eso los entrenadores de fuerza debemos evitar prescribir los estiramientos PNF antes de un entrenamiento que implique un rendimiento local de resistencia muscular” Gomes, TM. et al. (2011) “La contracción máxima voluntaria se redujo significativamente con 60 segundos de estiramiento estático en comparación con el grupo que realizaba 30 segundos de estiramiento estático. Concluyendo que estiramientos estáticos de 30 segundos no tenía un efecto negativo en la producción de fuerza” Ogura, Y. et al. (2007) A día de hoy los estiramientos se llevan a cabo habitualmente en el deporte, debido a su eficacia en el mantenimiento y mejora de la amplitud de movimiento articular. Profesionales del sector, entre los cuales incluyo a entrenadores, preparadores físicos o fisioterapeutas recomiendan estirar antes de competir o de realizar una actividad agotadora, debido a la idea de que mejora el rendimiento atlético y sobre todo que reduce el riesgo de lesiones musculo esqueléticas. Después de exponer algunas conclusiones en el párrafo anterior, en donde los estudios concluyen que los estiramientos estáticos o PNF afectan al rendimiento de fuerza, podemos pensar que las recomendaciones que se han hecho durante años en cuanto aplicar estiramientos en el calentamiento o durante los ejercicios no tienen mucho fundamento, pero hay que decir que existen otros estudios encuentran relación entre los estiramientos y la mejora en el entrenamiento de fuerza. A continuación os muestro algunas de las conclusiones de estos estudios: “Después de un programa de estiramientos de 8 semanas Kokkonen et al. (2010) observaron aumentos de hasta un 31% en el rendimiento de la prueba de 1RM en levantadores novatos” En otro estudio de Ress SS. et al. (2007) se realizaron estiramientos PNF 3 veces a la semana durante 4 semanas en la articulación del tobillo, y se observó como aumentaba el rango de movimiento (7,8%), la fuerza isométrica máxima de los flexores plantares (26%), y el punto de máxima potencia (25%), concluyendo que el método PNF es útil para aumentar el rango del movimiento y al mismo tiempo su fuerza. Cómo observamos hay disparidad en los estudios, y este tema según el método utilizado en la investigación puede dar positivo o negativo el estirar para conseguir mejorar los niveles de fuerza. El estudio al cual hago referencia, realizado por Borges Bastos CL. et al. (2013) tenía como propósito evaluar la respuesta crónica de 10 semanas de ejercicios de estiramiento estáticos, realizados antes, o durante un programa de entrenamiento de fuerza que constituía en 8 ejercicios realizando 8 repeticiones máximas (8RM). Al mismo tiempo otro aspecto a estudiar eran los niveles del factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1) que es un importante agente anabólico, fundamental para la síntesis proteica. A modo de resumen podemos decir que esta hormona está estrechamente relacionada con la masa muscular, la conservación del sistema musculo-esquelético, la tasa metabólica y la fuerza muscular. No hace mucho era muy habitual ver a levantadores y a aficionados al entrenamiento de fuerza realizar estiramientos por el medio de las series durante su sesión de entrenamiento resistida, a fin de conseguir mejorar la recuperación muscular, además se sugiere que los estiramientos intermedios influyen en el tiempo bajo tensión y asociación neuromuscular, metabólica y respuestas hormonales con una posible contribución para aumentar el efecto de la hipertrofia. Durante el estudio se realizaron 3 grupos de sujetos: (a) SBST (realiza un calentamiento con con un protocolo de estiramientos estáticos antes de cada sesión de entrenamiento de fuerza), (b) SDST (antes de cada ejercicio realiza un ejercicio de estiramiento estático) y (c) OST (toda la sesión sin ningún tipo de ejercicios de estiramiento). Decir que los grupos que realizan estiramientos utilizan un protocolo único, realizando los estiramientos estáticamente, y aguantando durante 30 segundos. El hallazgo de este estudio fue que a pesar de que los 3 grupos experimentales mejoraron su fuerza como resultado del régimen de entrenamiento de 10 semanas, el grupo que hizo entrenamiento de resistencia sin estirar tuvo mayores ganancias en fuerza si comparamos los resultados con los grupos que si realizaron estiramientos. Lo cual confirma que los estiramientos estáticos, tanto si los hacemos antes de comenzar con el entrenamiento de fuerza (calentamiento), como si los realizamos intercalados entre las series de ejercicios de pesas deterioran la mejora de fuerza de forma similar, o lo que es lo mismo: “El estiramiento estático compromete las mejoras potenciales de fuerza en el entrenamiento resistido”. Claramente existen estudios que contradicen estos resultados, como el de Worrell, et al. (1994) el cual concluye que el aumento de flexibilidad de los isquiotibiales era un método eficaz para aumentar el rendimiento del músculo bíceps femoral en condiciones isocinéticas. Pero claramente hay una clara diferencia entre los dos estudios, en donde Worrell realizaba 4 series de estiramientos para cada método (estático y PNF), mientras que en el estudio que hoy mostramos solo se realizaba 1 serie de estiramientos en 4 ejercicios. La diferencia entre la cantidad de estiramientos puede haber influido en los resultados tan dispares. Como ya hemos dicho los aumentos más significativos se pudieron observar en el grupo que no realizaba estiramientos y solo realizaba los ejercicios resistidos, pero concretamente el grupo OST obtuvo incrementos en el test de 1RM en los ejercicios de flexíon de rodilla (26,56%), extensión de rodilla (33,42%) y prensa de pierna (33,79%). Estos resultados se pueden comparar con la investigación realizada por Kokkonen et al. en donde este concluía que los mejores resultados de estos mismos ejercicios se observaban en un protocolo de entrenamiento de fuerza combinado con ejercicios de estiramiento (16%, 27% y 31%), como vemos los resultados del estudio de Borges CL. (2013) muestra una mayor ganancia en el grupo que no realizaba estiramientos en todos los ejercicios, comparado con los resultados del estudio de Kokkonen et al. (Hay que dejar claro que la cantidad de entrenamiento varía entre los 2 estudios). Además de las ganancias de fuerza este estudio analizaba los niveles de la hormona anabólica IGF-1, en donde se mostraron aumentos significativos en el grupo OST (sin estiramientos) comparado con los otros dos grupos. Tal vez el estiramiento antes de la sesión o durante la sesión reduce la fuerza hasta el punto que no se pueda lograr la intensidad suficiente para conseguir la liberación de IGF-1 en los grupos que si realizaban estiramientos. Haciéndonos pensar que la intensidad del ejercicio puede ser mayor sin la presencia de ejercicios de estiramiento.

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